Que tal si en el pulgarcito de américa nuestro querido El Salvador, a todos los funcionarios públicos, ya sean estos diputados o ministros, gobernadores, o cualquier otra plaza dentro de la estructura gubernamental, se les pudiera establecer un sueldo inicial y luego poder establecer este a la luz de su productividad y eficiencia en el quehacer burocrático.
Sería excelente, y me imagino con mucho agrado si aplicáramos esta fórmula al sueldo de los excelentísimos señores diputados, que al medirles su eficiencia para dar resoluciones, aplicar leyes, y que otro tanto de cosas que se supone que hacen, muy probablemente no recibirían nada de sueldo, pero como esto sería inconstitucional y otros gatos iguales, se les pondría como límite inferior un salario mínimo.
De esta forma podrían degustar que es lo que se siente el realmente trabajar, y si no también sentirían los que los salvadoreños opinan sobre el sueldo mínimo actual.
Esto igual se aplicaría a todos aquellos funcionarios públicos que a las 3:30 pm, ya no están trabajando, de lo cual, recuerdo con mucho agrado una ocasión en que me toco ir a tramitar la partida de nacimiento de mi hijo menor. Iluso de mi, pensando que aun a las 3:30 pm (que por lógica aun faltaban 30 min para que cerraran), podría obtener tal documento. Mi sorpresa fue encontrar a las secretarias (o sea cual fuere el nombre del puesto que ostentan) ya estaban con sus cosas listas cartera, bolsas y otras cosas para irse y los últimos 30 minutos los ocupaban para peinarse y maquillarse. Obviamente cuando les pregunte si aun podía sacar la partida de nacimiento me dijeron que mejor regresara el día siguiente.
Creo que si se aplicará realmente esta formula para el pago de los empleados gubernamentales, se estaría haciendo una nueva forma de hacer política que beneficiaría a todos los salvadoreños.
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